Mi vocación de instructor partió un dia en los turbulentos años 1990 cuando mi maestro de Inglés Alfredo Bujan , comenzó a sembrar la semilla en mí y en muchos de mis compañeros en el preuniversitario Saúl Delgado de la barriada del Vedado en la Habana. Cuba.
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Posteriormente vino la crisis en Cuba, permanente hasta estos días . Mi carrera se convirtió en un arma de doble filo. Pude vencer los peores años del Período Especial , asistiendo a clases y compartiendo con labores agricolas y demás actividades lícitas e ilícitas en el contexto cubano del siglo pasado, donde cualquier cosa es valida para sobrevivir siempre y cuando se respeten los principios básicos de la ética y la sociedad, a mi juicio.
Me refiero a que pude sortear los escollos de la profesión y dirigirme al sector del turismo, que ofrece mejores oportunidades económicas.
Durante mi formación como aprendiz de maestro comencé a interesarme por textos relacionados con mi profesión y mi gran vocación por la Historia de Cuba y la del mundo me llevó a conocer y tomar como referencia a los fundadores de la nacionalidad cubana: José de la Luz y Caballero. Su ejemplo y vida consagrada a la formación de futuras generaciones dejó una huella en mí. La más importante quizás esté contenida en uno de sus más conocidos pensamientos: “Instruir puede cualquiera, educar sólo quien sea un evangelio vivo”.
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"Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender. Pies, brazos, alas, todo esto ponen al hombre esos primeros humildísimos libros de la escuela. Luego, aderezado, va al espacio. Ve el mejor modo de sembrar, la reforma útil que hacer, el descubrimiento aplicable, la receta innovadora, la manera de hacer buena a la tierra mala; la historia de los héroes, los fútiles motivos de la guerras, los grandes resultados de la paz. Siémbrense química y agricultura, y se cosecharán grandeza y riqueza. Una escuela es una fragua de espíritus; ¡ay de los pueblos sin escuela! ¡ay de los espíritus sin temple!"
"... La educación es como un árbol: se siembra una semilla y se abre en muchas ramas. Sea la gratitud del pueblo que se educa árbol protector, en las tempestades y las lluvias, de los hombres que hoy les hacen tanto bien. Hombres recogerá quien siembre escuelas."
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